Juan Gómez-Cornejo Sánchez – Diseño de Iluminación
Siempre que me piden reflexionar sobre mi trabajo con la luz para estos
estupendos «Cuadernos pedagógicos» me pilla en el mismo punto del proceso,
justo cuando hay que empezar a plasmar sobre el escenario todas las ideas y
sensaciones que he ido recogiendo a lo largo de reuniones y ensayos. Esto
hace que estas reflexiones sigan formando parte de la teoría, de «el mundo de
lo imaginario» le llamo yo, y está por demostrar si algo de lo que aquí voy a
contar se intuye realmente en lo que ustedes van a ver, o han visto en el
escenario.
En este caso me enfrento, nos enfrentamos, a una deliciosa comedia El
perro del hortelano que encierra más de lo que aparenta. No seré yo quien
elucubre sobre los valores de esta comedia ya que otros lo harán de forma más
certera y brillante. Si puedo hablar de los motivos y sensaciones que me han
llevado a plantear la luz de la manera en que ustedes la están viendo o la
verán.
«El universo del amor». «La ternura»
A veces una frase puede encerrar toda la teoría y todo el planteamiento
de un trabajo. En este caso llamo especialmente mi atención una de las
sugerencias de la directora Helena Pimenta, en torno a la búsqueda de un
clima de luz que nos permitiera entrar en ese «Universo del amor» en donde se
desarrolla El perro del hortelano. En el punto donde me encuentro esta será la
premisa fundamental y ojala sea capaz, no solo de acercarme, si no de
encontrar ese clima poético deseado y necesario para esta historia.
En El primer ensayo me vi sorprendido por algo en lo que no había
reparado leyendo la obra. Los personajes (sobre todo Diana y Marcela) desde
el principio desprenden una maravillosa ternura que hace que te sumerjas de
inmediato en su contradictoria y divertida vida sentimental llena de
contradicciones y situaciones divertidísimas.
De repente me encontré con dos premisas de partida, más bien dos
buenos intenciones para buscar la luz para estos personajes tan divertidos y
entrañables. Dos conceptos poco tangibles, yo mismo me meto en estos líos y
no sé cómo voy a salir de ellos. Buscar un clima que «envuelva el amor» y que
desprenda «la ternura» que la obra tiene será mi cometido, además de resolver
de la mejor forma posible los diferentes espacios y transiciones que la comedia
necesita .
El espacio, y la luz.
Nos encontramos con espacio palaciego, elegante, de una tonalidad
blanquecina rota, vivida, hermético en apariencia pero con puertas y aberturas
que irán determinando diferentes espacios.
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A la vista del espacio en lo primero que pensamos es en generar una
cierta luz naturalista provocada por los huecos y aberturas del decorado en
cada situación. Este juego nos dará diferentes posibilidades que nos ayudarán
a transformar este espacio en otros sugeridos con pequeños cambios y
elementos, calle, jardín, palacio, etc.
Por otro lado y no con menos importancia buscaremos situaciones de luz
y de espacio más conceptuales y poéticas que nos sitúen más en la parte
emocional de los personajes en sus múltiples reflexiones y soliloquios.
Esperemos que esa tonalidad general del espacio se convierta en algo
luminoso que nos ayude a que la historia sobrepase la cuarta pared con la
poesía y fuerza que ya tiene, sin el envoltorio que puede provocar el espacio y
la luz. Confiamos en ello. ¿Verdad Ricardo Sánchez Cuerda?
Aliados maravillosos.
Es una situación que se repite pero en este caso ha sido mucho más
evidente para mi. Vi algunos ensayos con un vestuario de trabajo y piensas en
como podrías iluminar determinada situación y que tonalidad seria la adecuada
para la escena y te consumes en un mar de dudas. De repente vi el último
ensayo con el vestuario definitivo de la función y llegó mi tranquilidad. Me dije:
“haga lo que haga esto va a quedar bien”. No tengo palabras para dedicar a
Pedro Moreno con el que he tenido la suerte de coincidir en múltiples
ocasiones. Es atrevido, adecuado, justo y lo más importante dice mucho de los
personajes, y además están guapísimos. Gracias Pedro.
Me voy por las ramas hablando de mis compañeros a los que quiero y
admiro, pero quería situarme con estas apreciaciones sobre el vestuario, en
que las tonalidades elegidas para la luz serán discretas, utilizando más bien
correctores fríos y cálidos para no tratar de desvirtuar el color ni del vestuario ni
de la escenografía. Reservaremos el color para ciertas penumbras y
transiciones.
Sobre la música me volveré a repetir y afirmar que será un elemento
imprescindible para todos los tránsitos de escenas y tránsitos de luz. Marcara
el ritmo de las luces, nos conducirá a cambiar los climas en además nos guiará
en el recogimiento de los personajes. En esta medida la música se convierte en
esta ocasión en un maravilloso aliado para la luz. Es estupendo volver a
coincidir con Nacho Garcia gran aliado (busca otro adjetivo) y compañero.
Ahora sobre la luz, «El Instalache» y algunos datos técnicos.
No sé porque me gusta la palabra » instalache» para definir la instalación
de luminarias que conforman un montaje. Será por las expresión que veo en
las personas que sin conocer el medio suben a un escenario y ven una
instalación de luz para una obra de teatro. Realmente es un «instalache» y
cabe preguntarnos si son necesarios tantos aparatos y si realmente cada uno
tiene su cometido y justificación en la obra. A mi me toca decir que si y que
cualquier aparato y situación es imprescindible para hacer la luz.
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Trato de resumir brevemente el dispositivo montado en esta ocasión
para «El perro del Hortelano».
El espacio es una habitación palaciega presidida por un gran lucernario
en el techo y rodeado de puertas, con un pasillo central que nos lleva a más
puertas y más lugares. La instalación de aparatos se podría resumir diciendo
que donde hay un hueco entra una luz.
Un bloque de luz central que entra por el lucernario con diferentes tonos
y temperaturas y una instalación detrás de cada una de las puertas con el
mismo criterio de tono y temperatura. Al ser una caja cerrada ha sido necesario
sacar toda la luz frontal a la sala y este ángulo puede provocar demasiadas
sombras en las paredes. Para suavizar esto y dar una uniformidad a las
paredes hemos montado una candileja de fluorescentes regulados que permite
jugar con diferentes tonalidades pastel. Esta luz de candileja es estupenda para
suavizar caras y dar vida al vestuario desde el suelo.
Además de aparatos halógenos de luz convencional, que es el grueso
de la instalación, hemos utilizado para el lucernario del techo unos aparatos
móviles leds de bajo consumo, que nos dan versatilidad en la posición y color y
provocan menos ruido que los aparatos de descarga convencionales.
También para iluminar los telones y paredes hemos utilizado fluorescentes leds
que nos dan versatilidad de (en vez de en) color en el mismo aparato.
Ya sabéis que todo esto no sirve de nada si no le dedicas unos días a
componer, a pintar el espacio con la luz tratando de seguir la historia paso a
paso, sin molestar, sin condicionar a los actores que son los principales
protagonistas del teatro, con tanto amor como se desprende de esta comedia.
Espero que disfrutéis y paséis un buen rato, como lo hemos pasado
nosotros, y descubráis esta estupenda comedia que tantos secretos guarda
sobre el amor y el comportamiento humano.
Madrid 1 de octubre del 2016
Juan Gómez-Cornejo Sánchez