Los borrachos

El espacio es épico, con aire brechtiano, amplio y bien iluminado, con el árbol como finico y poderoso elemento escénico. La palabra cervantina brilla y se vuelve jovial en la voz de los actores, en sus cuerpos, en el juego teatral lleno de vitalidad, frescura y dinamismo; juego interpretativo y escénico que tiene mucho de commedia dell'arte, pero en lo profundo, en su esencia. Con esos códigos, y un brillante concepto de la teatralidad, José Luis Gómez entreteje con buen gusto y sentido de la oportunidad, una extraordinaria partitura de gestos, de movimientos, de acciones, de canciones, magníficamente iluminados por Juan Gómez-Cornejo y vestidos por Maria Luisa Engel.